A nuestro cliente, en su condición de Alcalde, se le imputaba un delito de ACOSO LABORAL, por funcionaria. En dicha querella se alega, que las decisiones adoptadas por nuestro defendido eran vejatorias, humillantes y denigrantes, existiendo una situación de acoso frente a la misma. Además de sentirse vigilada. Existiendo denuncia de inspección laboral y continuas bajas laborales por síndrome ansioso-depresivo.
La querellante, disponía de informes médicos del servicio público, además de seguimiento por parte de la mutua de accidentes. Además, la misma, aportó dos sendos informes, uno psicológico y pericial de valoración del daño.
En los cuales se determina la existencia de acoso laboral. El informe médico forense perteneciente a los Juzgados, señala, que la patología de la querellante, resulta compatible con una situación de acoso laboral.
Por nuestra parte, la línea de defensa, se estableció en determinar que la conducta del regidor era desarrollada de forma correcta y en el ejercicio de su cargo. Que las decisiones adoptadas se realizaban buscando la eficacia y eficiencia del Consistorio.
A través de la prueba practicada, así como periciales aportadas por esta parte, como los testigos que declararon en la vista, se evidenció y acreditó que ninguna situación de acoso laboral existió nunca, sino que la querellante, ocultó determinada información médica que justificaría las patologías que presentaba y que nada o poco tenían que ver con el ejercicio como Alcalde por nuestro defendido.
Además de diferenciar dicha sentencia, la situación de un conflicto laboral con una situación de acoso laboral.
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